( Cortesía de Leonel Castellanos Rodríguez)
Mírame y dime si mis ojos son suficiente puerta para que entres.
mírame, busca entregarte en cada mirada
como si nada temieras y nada mas importara
mírame, detén el segundo o las horas en que me complaces
desbordándote en cada destello.
Abrázame, enciérrate en las cadenas que te toman al unísono
bébeme, para que sea néctar en tu piel
el susurro que me acompaña, sé cómplice de mi pecho
con tu frente en éxtasis perpetuo
sin saber quiénes somos.
Háblame, pon en mí la palabra que el corazón esconde
convierte el gemido en el te quiero que me robas en básicas pretensiones
háblame, dime amor, di mi nombre como una oración
y descúbrete en un verso con toda intención
para responderte con la propia vida, paso a paso.
Desnúdate, has que mis dedos y labios te escalen
hazme subir las colinas en cabalgata pausada, náufraga en las curvas de mis valles
no te apartes de la luz, para así mirar los paisajes y divinas constelaciones
que de ti hacen un refugio, desnúdate, con inocente malicia en la sonrisa
abre tus universos y déjate caer en la caricia mas profunda.
Bésame, entrégame tu boca y olvídate de ella,
no te detengas en el tránsito que nos acopla
hagamos todo y tanto como si fuéramos a morir mañana
bésame, tómame y hazme tuyo como tan mía te sientas
deja que hasta las lágrimas se queden cuando me entregues el alma
y nunca más sepas que hacer para recuperarla.
Tal vez entonces entiendas.
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