Próximamente voy a colgar aqui en mi blog un artículo bien documentado de todo el caso del avión de Barbados, testigos desaparecidos, la negación del Gobierno de La Habana a autorizar una investigación de la caja negra, en general, la actitud taimada del gobierno de Castro demuestra su culpabilidad en ese crimen que quiso achacarle a Posada Carriles. Los cubanos que conocemos la naturaleza criminal de ese dictador, sabemos todas las trampas que ha hecho para apelar a los sentimientos humanos y nacionalistas de la gente; desde muy joven fue asi; recuerden cuando Eduardo Chivás se suicidó, en pleno entierro, Castro dijo: ¨Llevemos el muerto a Palacio¨, no dijo ¨a Eduardo Chivás¨, sino ¨al muerto¨...sacarle partido a los mártires, a los asesinados, incluso de su propia mano como Camilo Cienfuegos y los jóvenes del servicio militar obligatorio que llegaban convertidos en cenizas de las guerras de conquista en Angola o Etiopía, eran su mejor motivo para armar comparsas de odio y anti-democráticas. Hasta donde yo he vivido, he visto tanta manipulación y demagogia de este engendro llamado Fidel castro, que lo de Barbados nunca me sorprendió ni me engañó ni me manipuló. Lo que más lamento es que la familia de las víctimas de Barbados, no sepan quien es el verdadero culpable de la muerte de sus seres queridos, de la misma forma que Osmani Cienfuegos y sus padres nunca reclamaron la justicia para Camilo.
Todos sabemos que Castro es el maestro de los circos romanos modernos. Tira al ruedo a sus propios súbditos, pone el pulgar hacia abajo, y ya tiene tema nuevo para buscar un agresor al cual sacarle propaganda por un tiempo. Estos demonios, se creen que son algo especial. Pero al final de la jornada, no son más que fantasmas con alto ego...
A Camilo también lo desapareció Castro. Es experto en desaparecer aviones de una u otra forma. Ahora la justicia se hizo cargo de, al menos, liberar a un inocente culpado por largos años de un crimen que cometió la misma tiranía. No se pueden resucitar a las víctimas del avión de Cubana. Pero al menos un inocente no pagó la culpa del genocida.
De intentar ejecutar a Castro tal vez es cierto. Pero arriesgar la vida para quitar de la faz de la tierra a un genocida que ha escapado a la justicia por más de una década, es un favor a la humanidad, no un crimen. Castro es culpable de terrorismo internacional y narco guerrilleros financiados por la izquierda mundial. Merece ser ajusticiado. Lástima que no lo consiguiera, si es verdad que Posada lo intentó...
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