Una ley que permitiría comprar y vender casas a los cubanos podría ponerse en práctica esta semana, de acuerdo a reformas económicas pendientes por la dictadura.
Algo que no se discutirá en el gobierno de La Habana, son las posibles demandas de cubanos residentes en el extranjero, cuyos hogares han sido confiscados por más de medio siglo a todo el que abandona el país, incluyendo desde muebles viejos hasta objetos personales. Sin embargo, la mayoría de los exiliados, con algunas notables excepciones, no manifiesta interés alguno en reclamar sus propiedades.
También se espera que se modifique el sistema de permutas actual, que en realidad es un truco del ciudadano común para mejorar sus difíciles condiciones. El cambio de propiedades se realiza con un ¨vuelto¨ por debajo de la mesa; o sea, la entrega de una suma monetaria para equiparar el valor de las viviendas, en el cual quedan envueltos funcionarios del gobierno para cubrir los hechos.
Algunas veces, por ejemplo, dos apartamentos se cambian por una casa grande y muchas personas toman parte del negocio, conocido comúnmente como ¨triángulo o triple permuta¨. La violación de la actual Ley de la Vivienda es conocida y tolerada por la dictadura, incapaz de resolver los problemas de la familia cubana.
Además de eliminar las transacciones ilícitas de casas, el Gobierno dictatorial ha dicho que se considerará como alternativa la legalización de renta de cuartos, jardines y hasta piscinas.
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