por Esteban Fernández
Perfectamente sé que algunos cubanos prefieren que escriba sobre "La frita cubana" o "El cubano feo". Pero, aunque muchos crean lo contrario, esta no es una columna solamente humorística, sino que es producto de un estudio serio de LO NUESTRO. Y lo nuestro tiene cosas muy simpáticas, pero también tiene otras que le pueden causar espanto al mismísimo Satanás. En Cuba salieron los asesinos hasta de abajo de las piedras. Yo diría que el proceso castrista ha generado miles de asesinos.
A mí me dicen: "¿Usted es Esteban Fernández el que hace artículos costumbristas sobre nosotros los cubanos?" Sí, ese soy yo. Pero también soy el Esteban Fernández que tiene que decirles que yo conocí a un muchacho de 24 años que fue detenido en Cuba en abril del 62. Los esbirros del castrismo lo interrogan, no habla. Entonces, le traen a su esposa que a la sazón estaba embarazada, y UN GRUPO DE CUBANOS lo amenaza con propinarle tantas patadas directamente al vientre de su mujer para que la infeliz ABORTE frente a su esposo.
Lo mejor de la población cubana cayó abatida por los criminales nacidos en la misma tierra. En el año 1961 me enteré del caso de un alzado del Escambray que habían fusilado. Su cadáver fue llevado en un camión hasta un apartado paraje para enterrarlo. Allí lo esperaban su esposa y su pequeña hija de 11 años. La niña tenía en sus manos una cruz de madera por la cual la madre había pagado unos cuantos pesos. Los guardias CUBANOS le quitan la cruz, la rompen, y le dicen a la muchachita: "El H.P. de tu padre no merece esta cruz".
Solamente hay que hablar 15 minutos con un ex-preso plantado para horrorizarnos. Y los que se han pasado muchísimos años fusilando, torturando, dando cadenazos y bayonetazos, no son checos, ni polacos, ni chinos ¡son cubanos! Horroriza leer el libro de Armando Valladares “Contra toda Esperanza” y conocer, a través de su pluma , lo dantesco que es el diario vivir de las cárceles castristas. Tuve el honor de ser amigo de un ex prisionero político llamado Eduardo Capote que tenía sus dedos cercenados por machetazos dados por CUBANOS.
En La Campana, un cubano llamado Félix Torres, asesinó a cientos de campesinos. Y cubanos se han disputado la participación en los pelotones de fusilamiento para recibir unos cuantos pesos más en su salario mensual… Los que asesinaron a los pilotos de las avionetas de Hermanos al Rescate y los que provocaron la tragedia del Remolcador 13 de Marzo no son italianos ni polacos ¡son cubanos!...
¿Son franceses los que desde una lancha patrullera ametrallan a las balsas donde van hasta niños recién nacidos, por el grave delito de querer abandonar el infierno castrista?
Hace dos semanas les dije que NO TODOS LOS CUBANOS SOMOS CULPABLES de la tragedia cubana. Ni TODOS los cubanos nos merecemos al castrismo. Eso es absolutamente cierto, pero tienen mucha razón los que me dicen que es muy fácil- y eso no fue lo que yo hice en mi escrito-echarle la culpa de todo al par de monstruos que parió Lina, porque la realidad es que han tenido la ayuda de miles y miles de mini-monstruos CUBANOS. Pero esta gentuza tampoco se merece el castrismo sino LA GUILLOTINA cuando sean juzgados por el pueblo en una Cuba libre.
¿Usted sabe lo triste que es pensar que Richard Ramírez y Charles Manson, si hubieran sido cubanos, en lugar de estar encarcelados hubieran sido Generales en nuestro país?... ¡Que doloroso es pensar que la misma nación que dio a "Chicharito" dio a Ramirito, que el país que dio a los Cuban Sugar Kings, también ha dado a los Guardias Fronterizos y las Brigadas de Respuesta Rápida!
La tierra que nos dio a Lecuona y su piano, a Miñoso y su bate, a Celia y sus guarachas, a Álvarez Guedes y sus chistes, también nos dio a los fiscales Pelayo Fernández alias "Pelayo Paredón" Fernando Flores Ibarra conocido como "Charco de Sangre" y Juan Escalona.
Las abuelitas me llaman para decirme que "Ellas les leen mis escritos a sus nietos para que sepan COMO VERDADERAMENTE SOMOS LOS CUBANOS". No creo que querrán leerles este, ni decirles que los cubanos hemos producido criminales iguales a los de las tropas de choque de Stalin y de Mao Tse- tung. Miles de veces peores que los Tonton Macoute de Duvalier en Haití.
Y muchos cubanos- que no vieron el genocidio- se preguntarán "¿De qué habla este hombre?, yo nunca conocí a esos asesinos en Cuba". Y les voy a decir algo : El día en que los opositores cubanos intenten romper de una vez por todas las cadenas que los atan y pasen de las protestas pacíficas y las quejas a la acción beligerante y violenta, es cuando de verdad van a entender lo que les digo. Los asesinos andan de vacaciones, en un largo descanso, pero están allí esperando las órdenes para despedazar a los que pongan en peligro la estabilidad de la tiranía.
Orlando Zapata y Juan Wilfredo Soto son sólo una muestra de lo que van a sufrir los cubanos si de verdad se revelan y de nuevo la dictadura les suelta las ataduras a sus perros de presa.
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