Este artículo lo escribí hace dos años, pero tiene ahora más vigencia, luego que el gobierno comenzara a rebajar los food stamps al pueblo.
¿al borde de la insolvencia?
El incremento de personas recibiendo dinero por desempleo y el alza en el envejecimiento de la población, inundan el sistema de seguridad social estadounidense y lo empujan al borde de la insolvencia. La economìa nacional en este país ha perdido casi 7 millones de puestos de trabajo y según anuncia el Congreso, el fondo fiduciario para el seguro social se quedará sin dinero para el año 2017, a menos que el Gobierno actúe de inmediato.
La creciente acumulación de solicitantes de ¨unemployment¨ ha provocado una estampida de los beneficios y el empeoramiento de los problemas financieros de un programa que ha estado funcionando desde hace años en números rojos.
Gran parte del enfoque de Washington ha sido fijar el sistema de Seguro Social por jubilación. Las propuestas van desde aumentar la edad de retiro hasta la cancelación de los beneficios para los jubilados ricos. Pero el sistema de discapacidad está en una situaciòn cada vez peor y de difícil soluciòn.
Los fideicomisarios que supervisan la Seguridad Social en América instan al Congreso a reforzar el sistema mediante la reasignación de fondos del programa de jubilaciòn, tal y como hicieron los legisladores en 1994; pero esto solamente proporcionará un alivio a corto plazo y empobrecerá mucho más dicho sistema.
Las reclamaciones de beneficios aumentan junto al desastre económico. Este año se espera que alrededor de 3.3 millones de personas apliquen para los beneficios del Social Security por discapacidad, o sea, 700 000 más que en el 2008 y un millón más que hace una década.
Los jubilados pueden obtener todos los beneficios de la Seguridad Social a los 66 años, con la posibilidad de un aumento gradual hasta los 67. Los pre-jubilados pueden obtener beneficios reducidos a los 62 años. Sin embargo, si usted califica para ¨dissability¨, puede obtener beneficios, en base a su historial de trabajo, incluso antes de los 62 años de edad.
Además, las personas que califican para beneficios de Seguro Social automáticamente tienen derecho a Medicare después de dos años aunque sean menores de 65, la edad en que otros jubilados califican para el programa de salud administrado por el gobierno.
El Congreso trató de frenar el programa en la década de los ´70, por lo que se hizo más difícil calificar para deshabilitarse. El número de personas que reciben beneficios se redujo por unos años, incluso durante la recesión en los años ´80. No obstante, el criterio para otorgar la discapacidad a las personas se flexibilizó nuevamente y la cifra de beneficiados se elevó de nuevo en 1984.
Hoy en día, alrededor de 13.6 millones de personas reciben beneficios por discapacidad a través del Seguro Social o Seguridad de Ingreso Suplementario (Seguridad Social es para las personas con un historial de trabajo considerable, y los pagos mensuales son de un promedio de $927. Seguridad de Ingreso Suplementario no requiere un historial de trabajo, pero tiene límites estrictos sobre los ingresos, para un promedio de $500)
Mientras los legisladores trabajan para mejorar el sistema de discapacidad, se enfrentan a dos grandes problemas: los candidatos legítimos a menudo tienen que esperar años para obtener beneficios, en tanto que otros muchos obtienen los pagos que no se ganaron trabajando.
El año pasado, la Seguridad Social detectó $1.4 billones en pagos por exceso(fraudes y errores) a los beneficiarios por incapacidad, según un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental, que es el brazo investigador del Congreso.
El paquete de reducción del déficit aprobado para este mes permitiría que el Congreso ahorrara unos $4 mil millones durante los próximos 10 años y podría indentificar a personas que ya no califican para los beneficios por incapacidad. Al mismo tiempo, el proceso de solicitud podría convertirse en una pesadilla para los solicitantes legítimos, es decir, aquellos que realmente necesitan y merecen esos ingresos.
El Gobierno se ha comprometido a reducir los plazos de tramitación. De hecho, el número de personas en espera de las decisiones ha aumentado, pero sus tiempos de espera se han reducido dramáticamente.
Tengo que decir que conozco personas que aplican para deshabilitarse, sólo porque literalmente no quieren trabajar más: y también conozco a otros que realmente están enfermos y persisten en sus puestos laborales hasta quedar exhaustos. Eso no es justo.
Un compañero de trabajo al que llamamos ¨Sonny¨, se mantuvo activo laboralmente hasta los 70 años y padecía del terrible mal de Parkinson. Era increíble su voluntad y tesón. Confieso que no tengo esa energía, y aún me quedan unos cuantos años para retirarme.
Con todos los achaques que tengo, no me voy a exprimir de esa manera. Pero si prefiero mantenerme útil mientras pueda, pues los beneficios (dinero en efectivo y food stamps o bonos de alimentos) que se le otorgan a refugiados políticos, enfermos, niños, mujeres embarazadas y ancianos, desempleados, en fin, gente que en realidad lo merece y lo necesita, deben ser moralmente apoyados por aquellos que aún podemos hacer un mayor esfuerzo, ¿no creen?.
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