Los soldados y los terroristas han sido equiparados al mismo nivel en Colombia, donde generales y comandantes aceptan negociaciones con las FARC. En una equivocada tesis para lidiar con los narcoguerrilleros, el actual gobierno colombiano niega con su actitud que tal grupo de delincuentes ha sido verdugo del pueblo por décadas, bajo la supervisión y apoyo de quien como siempre, resulta ser el mediador: la dictadura de La Habana.
En caso de que el proceso de paz tenga éxito, estos terroristas de izquierda ya están considerando postularse para candidatos presidenciales en el 2014. Y he aquí un error y una vergüenza. He aquí que el concepto que maneja el gobierno niega la verdadera naturaleza del drama colombiano, que no es otra que la narcoguerrilla terrorista contra la democracia y el pueblo.
No es una guerra legítima como para llamar a las partes a un acuerdo y a negociaciones de paz. Eso constituye una ofensa, una injuria a los militares que defienden y protegen la Constitución y el país. Eso otorga impunidad a los asesinos que durante años han desangrado a Colombia.
Lamentable y cobarde la actitud del actual presidente de Colombia.
Como expresara hace unos días el ex mandatario Alvaro Uribe, ¨...El Marco para la Paz, como el Acuerdo de La Habana, nos causan un válido motivo de preocupación: el gobierno ha permitido que nuestros soldados y policías sean puestos en pie de igualdad con los terroristas... ¨
¨Involucrar a los generales en esta negociación, que se acepta adelantar sin cese de actividades criminales por parte de los terroristas, introduce otro factor de desorientación en los militares y policías, que no sabrán si proteger sus vidas y las de los ciudadanos o hacerse al margen del peligro y concentrarse en la expectativa de la negociación adelantada por sus ex comandantes--dijo Uribe.
No se han detenido muchos gobiernos del mundo, ni organizaciones que presumen de decencia, como la ONU o Amnistía Internacional para tratar como presidente legítimo a un dictador genocida que por más de medio siglo habita en Cuba. NO difiere mucho tal comportamiento de lo que hace ahora el presidente Juan Manuel Santos con los terroristas de las FARC. Y para colmo, vuelven a ¨usar¨ como mediador a los capos de La Habana. Otro reconocimiento, otro acto desvergonzado e irresponsable que otorga legalidad además, a la dictadura castrista.
¿No tienen otra opción los colombianos?¿ No tiene otro camino el mundo que pactar con los terroristas y delincuentes internacionales?¿Quiere decir esto que los métodos atroces del terrorismo han ganado la batalla contra la democracia, obligando a ésta a tenerles en cuenta como adversarios políticos? Para tener paz, hay que negociar. ¡Pero no con terroristas !
El terrorismo no tiene más calificativo que criminal y asesino. No hay terrorismo vasco, islámico o guerrillero. Es sólo eso. Terrorismo. Y prolifera tan rápido como el SIDA. Convertir la tregua o paz transitoria en objetivo es un error, porque es el cese definitivo de la violencia y el crimen lo que importa.
El terrorismo no tiene más calificativo que criminal y asesino. No hay terrorismo vasco, islámico o guerrillero. Es sólo eso. Terrorismo. Y prolifera tan rápido como el SIDA. Convertir la tregua o paz transitoria en objetivo es un error, porque es el cese definitivo de la violencia y el crimen lo que importa.
Todo este ambiente de negociaciones, intermediarios, dimes y diretes que aparecen en cuanto medio de noticias existe, es el oxígeno de que dependen los terroristas para sobrevivir.
¿Y con qué moral se puede dirigir ese gobierno a las imnumerables víctimas de las narcoguerrillas de las FARC por la irreparable pérdida de vidas inocentes, por el sufrimiento de tantos años? No se puede combatir al terrorismo otorgándole privilegios políticos porque eso convierte en eficaz el asesinato y serviría de ejemplo a todos los fanáticos del mundo para seguir la misma trayectoria de muerte por tiempo indefinido.
¿ Por qué el Estado ha de ser generoso con los terroristas? ¿No ve el presidente de Colombia que su estupidez ayuda a la desestabilización del sistema democrático de ese país, al tiempo que otorga publicidad al terror, y es esa propaganda su mejor arma y victoria, que perderían sentido si no atrajeran la atención del mundo? l
Solo cuando los que justifican o apoyan a este cáncer mundial, los que comparten su ideología totalitaria o se aprovechen de su violencia, sean apartados de la sociedad y condenados mundialmente, se habrá logrado la justicia.
A continuación cito textualmente, lo argumentado por el ex presidente Alvaro Uribe, porque lo considero crucial en esta difícil situación qjue sostiene el gobierno de Colombia.
¿ Por qué el Estado ha de ser generoso con los terroristas? ¿No ve el presidente de Colombia que su estupidez ayuda a la desestabilización del sistema democrático de ese país, al tiempo que otorga publicidad al terror, y es esa propaganda su mejor arma y victoria, que perderían sentido si no atrajeran la atención del mundo? l
Solo cuando los que justifican o apoyan a este cáncer mundial, los que comparten su ideología totalitaria o se aprovechen de su violencia, sean apartados de la sociedad y condenados mundialmente, se habrá logrado la justicia.
A continuación cito textualmente, lo argumentado por el ex presidente Alvaro Uribe, porque lo considero crucial en esta difícil situación qjue sostiene el gobierno de Colombia.
¨...Tal decisión (la del gobierno colombiano de sostener conversaciones con los narcoguerrilleros) , acepta la equivocada tesis de que Colombia no ha tenido un desafío narcoterrorista contra la democracia y la población en general, sino una guerra entre las fuerzas armadas y la guerrilla, que al equipararlas como contendientes legítimos, las llama a superar el conflicto a través de una negociación entre ellas.
Muchos analistas, que han ignorado los padecimientos de los ciudadanos, que creen que la Farc no secuestra ni es terrorista, han reducido esta penosa violencia a un enfrentamiento social y político, expresado en el combate de soldados y policías con heroicos guerrilleros.
Pero el tema es otro: mientras la guerrilla ha sido verdugo que asesina y secuestra, las Fuerzas Armadas cumplen la función Constitucional de protección de la ciudadanía. Sentarlos a negociar ha permitido que la Farc diga que están de igual a igual como legítimos antagonistas.
La señal tiene efectos prácticos que trascienden el simbolismo y la abstracción. ¿Qué dirán los soldados, policías, sub oficiales y oficiales al ver a sus comandantes negociando con quienes hasta ayer eran considerados terroristas y siguen actuando como tales?
Involucrar a los generales en esta negociación, que se acepta adelantar sin cese de actividades criminales por parte de los terroristas, introduce otro factor de desorientación en los militares y policías, que no sabrán si proteger sus vidas y las de los ciudadanos o hacerse al margen del peligro y concentrarse en la expectativa de la negociación adelantada por sus ex comandantes.
El Presidente de la República obtuvo que la Asociación de Retirados aceptara la participación de los generales que el gobierno había decidido desde antes, con nombre propio, no obstante que la negó durante un tiempo. Pero al leer el comunicado de los Retirados (Acore), se encuentra que están en desacuerdo con la impunidad y elegibilidad de terroristas y aprueban participar en la mesa para proteger sus derechos. Y puede que tengan razón en temer que la negociación maltrate aun más a nuestros soldados y policías, pues el llamado Marco para la Paz condiciona la solución a tantas injusticias que los afectan a que se de un acuerdo con la guerrilla. Para entender veamos este párrafo del Marco: “…Una ley estatutaria podrá autorizar que, EN EL MARCO DE UN ACUERDO DE PAZ, se dé un tratamiento diferenciado para los distintos grupos armados al margen de la ley que hayan sido parte en el conflicto armado interno y también para LOS AGENTES DEL ESTADO, en relación con su participación en el mismo.”
El Marco para la Paz, como el Acuerdo de La Habana, nos causan un válido motivo de preocupación: el gobierno ha permitido que nuestros soldados y policías sean puestos en pie de igualdad con los terroristas.
Y ¿qué pensarán los generales de legitimar como contradictores y favorecer con impunidad a terroristas que combatían en la víspera para proteger a los ciudadanos?
Y ¿qué pensarán los generales de negociar con quienes continúan en operación pistola contra policías y soldados, cuyas vidas son tan valiosas como las de los civiles?
Que no se confunda perdón con impunidad. El perdón es la ausencia de odio y de espíritu de venganza requerido para la conciliación. La impunidad es el mal ejemplo que anima la continuación de la violencia por falta de castigo.
Esta semana leí: ¨Todos queremos la paz. Diferimos sobre cómo lograrla. Preferimos desarticular al terrorismo que premiarlo con impunidad y elegibilidad”.
La desarticulación del terrorismo fue lo que comandaron exitosamente los generales Mora y Naranjo. La desarticulación que implicó autoridad sin ambigüedad, reinserción generosa sin impunidad (se reinsertaron 53 mil terroristas) y política social para evitar el reclutamiento de nuevos jóvenes para grupos criminales.
La desarticulación, bien diferente del radicalismo militar con el cual la confunden muchos de las proselitistas de este incierto diálogo. De veras, ¿Cuántos de quienes han expresado apoyo a esta negociación y sus condiciones habrían aceptado que con Al-Qaeda se negociara algo diferente al sometimiento a la justicia? Y ¿qué diferencia existe entre las narco guerrillas colombianas, protegidas por Chávez, que hoy, a un mes de elecciones, aparece como componedor de paz, y la tenebrosa Al-Qaeda?
Poca inteligencia y liderazgo tienen los mandatarios para salvar a sus países y guiarlos como deben con soluciones valientes y dignas. Cuando yo era niña escuché decir que cualquiera podía llegar a presidente. Estoy comenzando a creer que eso es cierto...
Poca inteligencia y liderazgo tienen los mandatarios para salvar a sus países y guiarlos como deben con soluciones valientes y dignas. Cuando yo era niña escuché decir que cualquiera podía llegar a presidente. Estoy comenzando a creer que eso es cierto...
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