LLueve casi a diario y eso me hace bien. Levantarme en la manana y ver la lluvia a través de la ventana es agradable. Cada aguacero tiene su propia personalidad...
La lluvia fue siempre mi juguete preferido.... recuerdo el largo pasillo de la casa donde corríamos mi hermana, mis amigas y yo bajo los gruesos goterones, patinábamos sobre el piso rojo y mojado hasta llegar hasta debajo del chorro de la canal de aluminio, precisamente donde abuela tenía cientos de plantas hermosas y siempre frescas...
En esta temporada la yerba crece rápido y obliga a cortarla más a menudo. Pero mis plantas se ven maravillosas.
Ayer pasé por la casa de un vecino. El señor es un vietnamita que transforma su yarda en invernadero. Es un maestro natural en el cultivo. Algunos prefieren una piscina o solo algunos árboles en el patio. La verdad es que me gusta como mi vecino ha diseñado cada centímetro de su tierra y ha dado vida a las más diversas y bellas especies de flores, legumbres, yerbas medicinales y frutas..
Para entendernos tenemos que usar el body language, pues el señor no habla ni inglés ni español y sólo sonríe con sus dos o tres dientes, moviendo el sombrero típico de agricultor vietnamita.
Ahora bien temprano, antes de que regrese la lluvia, voy a sembrar otro árbol de anón y unas posturas de limón amarillo. Tengo anón pero necesito uno nuevo para el nieto que está por llegar... Cada árbol en mi casa lleva el nombre de cada uno de los niños; son ahora cinco, a partir de septiembre serán seis.
Sería larga la lista de yerbas, vegetales y frutas que he llevado a mi patio. Ajíes cachucha, pimiento, etc., tomate, tilo, yerba buena, culantro, mango, frutabomba, aguacate, sábila....
Mis muchachos llegaron hoy a pasar el fin de semana con sus hijos.
La niña más pequeña de uno de mis sobrinos dice que la mata de mango del frente es sólo de su propiedad. Yo sonrío y me siento feliz.
Dios ha sido extremadamente bueno con nuestra familia y le doy gracias cada día por su amor y protección. Somos extranjeros pero nunca me afectó esa condición para recomenzar de la nada, de esa nada triste con que salimos del terruño que nos vió nacer... El principio como emigrante fue difícil, como el de todos, pero valió la pena.....
Volveré a mi país ,quizás de paseo, si recupera su libertad. Prefiero ser libre en tierra extranjera que esclava en mi propia nación.
Mis hijos y nietos no besarán jamás el anillo de ningún tirano. Y ojalá que todos los jóvenes cubanos se sientan algún día dueños de sus propios destinos.
Cómo mis árboles, así sueño que fuerte y saludable, algún dia cercano, crezca en mi país la democracia.
Nunca me he sentido extranjera aquí. Casi ni lo recuerdo, pero sigo amando a Cuba, desdichada y sola en su desastre.
Soy feliz como los pájaros que comen y beben en los árboles de mi patio. Allí colgué varias cestas con semillas de toda clase y puse una fuente de agua limpia y fresca
Vienen cada mañana cardenales, sinsontes, zorzales, ..... y luego vuelan libres. La mano que los alimenta respeta su libertad.... y Dios sonríe conmigo.
He visto en un mismo tiempo a mis ancianos y a mis nietos. Gracias Jesús y María Milagrosa por sus bendiciones.
Estas son las pequeñas cosas que quiero conservar hasta que Dios me llame. Amor y respeto incluídos-
La lluvia fue siempre mi juguete preferido.... recuerdo el largo pasillo de la casa donde corríamos mi hermana, mis amigas y yo bajo los gruesos goterones, patinábamos sobre el piso rojo y mojado hasta llegar hasta debajo del chorro de la canal de aluminio, precisamente donde abuela tenía cientos de plantas hermosas y siempre frescas...
En esta temporada la yerba crece rápido y obliga a cortarla más a menudo. Pero mis plantas se ven maravillosas.
Ayer pasé por la casa de un vecino. El señor es un vietnamita que transforma su yarda en invernadero. Es un maestro natural en el cultivo. Algunos prefieren una piscina o solo algunos árboles en el patio. La verdad es que me gusta como mi vecino ha diseñado cada centímetro de su tierra y ha dado vida a las más diversas y bellas especies de flores, legumbres, yerbas medicinales y frutas..
Para entendernos tenemos que usar el body language, pues el señor no habla ni inglés ni español y sólo sonríe con sus dos o tres dientes, moviendo el sombrero típico de agricultor vietnamita.
Ahora bien temprano, antes de que regrese la lluvia, voy a sembrar otro árbol de anón y unas posturas de limón amarillo. Tengo anón pero necesito uno nuevo para el nieto que está por llegar... Cada árbol en mi casa lleva el nombre de cada uno de los niños; son ahora cinco, a partir de septiembre serán seis.
Sería larga la lista de yerbas, vegetales y frutas que he llevado a mi patio. Ajíes cachucha, pimiento, etc., tomate, tilo, yerba buena, culantro, mango, frutabomba, aguacate, sábila....
Mis muchachos llegaron hoy a pasar el fin de semana con sus hijos.
La niña más pequeña de uno de mis sobrinos dice que la mata de mango del frente es sólo de su propiedad. Yo sonrío y me siento feliz.
Dios ha sido extremadamente bueno con nuestra familia y le doy gracias cada día por su amor y protección. Somos extranjeros pero nunca me afectó esa condición para recomenzar de la nada, de esa nada triste con que salimos del terruño que nos vió nacer... El principio como emigrante fue difícil, como el de todos, pero valió la pena.....
Volveré a mi país ,quizás de paseo, si recupera su libertad. Prefiero ser libre en tierra extranjera que esclava en mi propia nación.
Mis hijos y nietos no besarán jamás el anillo de ningún tirano. Y ojalá que todos los jóvenes cubanos se sientan algún día dueños de sus propios destinos.
Cómo mis árboles, así sueño que fuerte y saludable, algún dia cercano, crezca en mi país la democracia.
Nunca me he sentido extranjera aquí. Casi ni lo recuerdo, pero sigo amando a Cuba, desdichada y sola en su desastre.
Vienen cada mañana cardenales, sinsontes, zorzales, ..... y luego vuelan libres. La mano que los alimenta respeta su libertad.... y Dios sonríe conmigo.
He visto en un mismo tiempo a mis ancianos y a mis nietos. Gracias Jesús y María Milagrosa por sus bendiciones.
Estas son las pequeñas cosas que quiero conservar hasta que Dios me llame. Amor y respeto incluídos-
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