El exilio cubano, al igual que el pueblo dentro de la isla, está dividido contra sí mismo. Ha sido un trabajo largo y sostenido del comunismo. Reconocerlo no es el mal, lo malo es ignorar esa estrategia del enemigo para eliminarla.
DIVIDE Y VENCERÁS ha sido el arma favorita de los comunistas y sus alumnos aventajados, de la misma manera que funciona en Matemáticas el algoritmo desde la antigua Babilonia 200 años ADC. Dividir un problema en muchos problemas cada vez más pequeños... o el ¨divide y reinarás¨ como máxima política de Nicolás Maquiavelo, en la que sugiere que la mejor manera de obtener el poder es sembrando la intriga entre los adversarios para lograr su separación.
Es decir, una táctica más vieja que la más antigua de las profesiones y los cubanos la hemos tenido como enemiga desde que José Martí luchaba contra la colonia española.
El factor esencial que hizo posible el desplome del bloque soviético no fue sólo el papel que jugaron Walessa y Gorbachov, fue la unidad de los infelices. Por años, la división mermó, destrozó, rompió al pueblo de Europa Occidental.
La familia, que es la base de toda sociedad, permanece en un cerco dentro de Cuba. Allí donde nace un opositor, ese cerco se cierra. Aparecen vecinos, uniformados o civiles, a ¨conversar¨ para ¨convencer¨ de las consecuencias sociales que para los que quedan vivos, implicaría mantener los principios de lealtad hacia ¨el gusano¨.
El muerto ya se murió. El que está preso ya se fastidió. Pero tú o tu otro hijo o tu nieta, pueden sobrevivir la hecatombe si declaran lealtad al fuhrer. Y muchas familias permanecen juntas. Otras sucumben a este lavado de cerebro, a la amenaza, al chantaje y al miedo. Gracias a Dios la mía permaneció unida y así permanece hasta ahora. United we stand. Departed we fall.
En un país donde ese cáncer subsiste, la sociedad está grave.
Qué importa cómo, cuándo o de qué manera llegamos al exilio. Esbirros y sicarios aparte, cada cubano es nuestra sangre, sea republicano, demócrata o apolítico. Lo único que importa es si queremos la libertad de Cuba y si amamos a la nación.
Tengamos memoria y tomemos la lección de los muertos, de quienes entregan la vida desde hace más de 50 años, parientes o no, de lo que hemos sufrido todos. Si no caminamos juntos ahora mismo, en esta misma hora, no tenemos salvación ni como pueblo ni como individuos.
Bien dicho, Roxana.
ResponderEliminarComo un día os unáis todos, los sacais a gorrazos de la Isla.
Torres más altas han caído.
Un fuerte abrazo desde España, a los. Resistentes.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAsí es lamentablemente, y por decir que debemos unirnos, muchos se ¨separan¨de mis artículos. Por qué? Seamos razonables e inteligentes.- Somos distintos, pero hay que unirse en la lucha. O aquello no acaba.
ResponderEliminarYo confío en lo que está pasando en la isla ahora. Es bien fuerte y toma cuerpo...