miércoles, 4 de septiembre de 2013

...mi vieja casa del batey

"La Comercial" Jagüeyal, Cuba.

Siento que se inclina profundamente mi suelo hacia la vieja escalera de caracol que se ha muerto y siento vértigo. Me contaron los amigos que hace tiempo te has marchado hacia otra costa. Recuérdame y vuelve.
La madera se ha podrido y los cuartos ya no se iluminan. Las azoteas se han roto en pedazos y nadie viene a respetar mis ruinas.
 Aquí estoy y te recuerdo.
 Grazna nuestra lechuza, aún ladra y salta el perro negro lobo sobre las escaleras de caracol; mami prepara dulce cena y se unen las mesas para el domingo de familia... esos bejucos y esos lirios silvestres que cuelgan de lo que queda de mi techo, son una promesa.
Mírame y no llores.
 Hay el tiempo que no pasa ni muere ni se borra y si te hablo es porque me escuchas, se que me escuchas. Todo no es feo. Siguen tu paso y tus juegos en los balcones haciéndome taconear con el eco del pasado, sobre las rodillas del abuelo,  siempre tus trenzas largas y pantalones cortos
La luz me da de plano sobre los escombros.
Soy como una  anciana nube que lucha contra el tiempo y los recuerdos.
 ¿Por qué me abandonaste?


Al principio, sombras dulces intentaron limpiar mis manchas y restaurar mi arquitectura, pero nada pudo detener el olvido, me atacaron con saña, me rompieron los huesos y cayeron mis paredes y mi cielo.
Se que tú no lo habrías permitido, pero a ti también te atacaron. Espíritu único que ose el vuelo levantar en estos pobres espacios de cadena y escombros... ya sabemos.
 En un mundo borrascoso no hay lugar para palomas. Así te llamábamos, ¿recuerdas?.-. por eso alzaste el vuelo y cruzaste barrancos, te colgaste el espíritu a dormidos cuentos infantiles, caminante muchachita en tiempos hostiles. ¿Acaso rompiste zapatos y sombreros en tu largo viaje?
Sólo el azul en este mi espacio es compañía.
Si es que vuelves, y aún me empino desde mis columnas, no olvides poner flores en mi piel y quitar el verde triste que los años y las lluvias dibujaron en mi. Aquí no tienen sueños. Pasan sin saludos ni sonrisas. Ceños fruncidos, cabezas bajas y aburridos, los vecinos, hartos de no se que o de un montón de todo.

Volverás a mi. Yo te espero en este mi espacio azul que cubrirás con tejas nuevas y colores. Mientras lucho por mantenerme en pie, el país entero se derrumba.
Yo quiero resistir.
 Hasta que vuelvas estaré erguida.... se que pondrás el cielo más allá del tejado y de los ladrillos enmohecidos...



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