Este video se queda muy corto, aunque algo es algo. Quizás ese preso es un delicnuente común, el que denuncia, pero al menos tuvo el coraje de sacar el video. El video no es ni remotamente una imagen de la crueldad infernal del sistema carcelario castrista, no sólo en lo referente a las condiciones materiales, sino a la inhumanidad con que son tratados los presos. No recuerdo haber comido más que picadillo de murralla (escamas, ojos, cola y tripas de pescado), arroz con gusanos y caldo loco (agua caliente con sal), en el tiempo que estuve presa en Canaleta, Ciego de Avila. El desayuno era un té muy dulce de hojas de naranja que llaman Tisana. Recuerdo que salí con un peso corporal de 89 libras y me había registrado con 150 cuando me llevaron detenida. Sé que tù, Reinaldo, estuviste muchos más tiempo que yo y sabes mucho máas de aquellas cavernas infernales. Me imagino que recuerdes como los presos se inoculan petróleo en la sangre para que los saquen de esas celdas aunque sea para el hospital o para el cementerio. Muchos de ellos perdieron brazos y piernas...en fin, es demasiado horrendo para describirlo con palabras. este video hace más que lo que la ONU ha podido nunca, ya que el Relator jamás ha recibido permiso para entrar. A lo mejor Benedicto, el Papa, se interesará por la crueldad carcelaria, ya que es un deber de los cristianos... PERO LO DUDO MUCHO!!!!!
Este video se queda muy corto, aunque algo es algo. Quizás ese preso es un delicnuente común, el que denuncia, pero al menos tuvo el coraje de sacar el video. El video no es ni remotamente una imagen de la crueldad infernal del sistema carcelario castrista, no sólo en lo referente a las condiciones materiales, sino a la inhumanidad con que son tratados los presos. No recuerdo haber comido más que picadillo de murralla (escamas, ojos, cola y tripas de pescado), arroz con gusanos y caldo loco (agua caliente con sal), en el tiempo que estuve presa en Canaleta, Ciego de Avila. El desayuno era un té muy dulce de hojas de naranja que llaman Tisana. Recuerdo que salí con un peso corporal de 89 libras y me había registrado con 150 cuando me llevaron detenida. Sé que tù, Reinaldo, estuviste muchos más tiempo que yo y sabes mucho máas de aquellas cavernas infernales. Me imagino que recuerdes como los presos se inoculan petróleo en la sangre para que los saquen de esas celdas aunque sea para el hospital o para el cementerio. Muchos de ellos perdieron brazos y piernas...en fin, es demasiado horrendo para describirlo con palabras. este video hace más que lo que la ONU ha podido nunca, ya que el Relator jamás ha recibido permiso para entrar. A lo mejor Benedicto, el Papa, se interesará por la crueldad carcelaria, ya que es un deber de los cristianos... PERO LO DUDO MUCHO!!!!!
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