El propio Fidel Castro supervisaba en Topes de Collantes, las torturas. Entraba como un demonio maldiciendo y soltando los mas sucios improperios, malas palabras asquerosas. Abría los calabozos y las celdas y empujaba a los presos fuera... yo estuve allí y todos los días me montaban en un camión y me sacaban con un grupo que llevaban a un rincón del monte a fusilar. No todos eran fusilados, sino que nos dejaban para el día siguiente.
El propio Fidel Castro supervisaba en Topes de Collantes, las torturas. Entraba como un demonio maldiciendo y soltando los mas sucios improperios, malas palabras asquerosas. Abría los calabozos y las celdas y empujaba a los presos fuera... yo estuve allí y todos los días me montaban en un camión y me sacaban con un grupo que llevaban a un rincón del monte a fusilar. No todos eran fusilados, sino que nos dejaban para el día siguiente.
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